Ya hemos empezado a investigar y lo primero que nos hemos encontrado son referencias a Concha Heres, una moscona ilustre. A continuación os relatamos su biografía.
Retrato de Dª Concha Heres hacia 1885 en la Habana (Cuba). Foto de José Antonio Suarez y Cía., fotógrafo de cámara de SM el Rey D.Alfonso XII. |
Concepción Heres y Palacios, mujer apasionante, perteneciente
a una familia, de los Heres de Quevedo de San Jorge de Heres (concejo o
municipio asturiano de Gozón), que emparentó con la casa de Miranda, viviendo
en un principio en Belmonte de Miranda.
Su padre, don Diego Heres y Muñiz Miranda, natural de
Villanueva de Miranda, realizó la carrera de Leyes, trabajó en Belmonte hasta
que fue trasladado a Grado, donde instalaría su lugar de residencia. En la
villa de Grado conoció a doña Luisa Palacio y Rodríguez San Pedro, con la que
se casó y tuvo cinco hijos: Víctor (presidente de la sociedad Eléctrica
Belmontina), Teófilo (concejal del Ayuntamiento de Grado a finales del siglo
XIX y comienzos del XX), Casimiro (emigrado a Cuba y administrador de los
bienes de sus dos hermanas), Avelina y Concepción.
Concha Heres y Palacios nació en Belmonte de Miranda en
verano de 1864. Allí vivió su niñez hasta que se trasladó a vivir a la villa
moscona (Grado) con las hermanas de su madre, doña Nicasia y Joaquina Palacio,
de quienes recibió una educación rígida y clásica. El periodo estival la
familia lo pasaba en una finca que su hermano Víctor poseía en Rodiles. En uno
de estos veranos conoció al que sería su primer marido, don Manuel Valle
Fernández Secades, un acaudalado indiano, viudo bastante mayor que ella, el cual
había nacido en San Tirso de Candamo en 1838. La boda se celebró por poderes el
11 de octubre de 1883. Casada, se traslada a Cuba para reunirse con su esposo,
acompañada de su hermano Casimiro. Una vez allí, se instala en la casa que su
marido poseía, siendo este lugar en un principio la sede de la secretaría del
Centro Asturiano, hasta que más tarde cambiaría de ubicación.
Dª Concha Heres hacia 1890
En este periodo de su vida, Concha Heres se dedica a
presidir todos los actos sociales llevados a cabo por el Centro, como esposa del
presidente. Por su belleza fue conocida en la Isla como La Perla de Cuba. El
hecho más destacado en la Isla por parte del matrimonio fue la compra del
inmueble del Centro Asturiano de La Habana. Su obra benéfica y filantrópica no
sólo se desarrollaba en Cuba, sino que se extendía a sus lugares de nacimiento,
llevando a cabo la donación de las escuelas de San Tirso de Candamo, así como
el lavadero cubierto. Aunque establecieron su hogar en la Isla, eran frecuentes
los viajes que realizaba la pareja a EE. UU., España y París, donde doña Concha
aprovechará el tiempo visitando exposiciones y adquiriendo importantes piezas
como vajillas, alhajas, juegos de café, relojes e importantes obras de arte.
En el año 1896, su marido, don Manuel, gravemente enfermo,
decide regresar a España con su mujer, pero antes dona el suficiente dinero
para que se llevase a cabo la construcción del nuevo pabellón en la Quinta de
la Salud de La Habana, que pocos meses antes había empezado a construirse. En
un viaje a París, el 21 de noviembre de 1896, la muerte le sorprende, poniendo
así punto final a una de las etapas más felices en la vida de doña Concha
Heres.
A partir de ese momento es cuando Concepción Heres alcanza
un notable protagonismo como viuda de don Manuel Valle y poseedora de una gran
riqueza. Dejando los negocios en Cuba administrados por su hermano Casimiro,
regresa a España, instalándose en la villa de Grado, donde adquiere una casa
solariega en la calle Marquesa de la Vega de Anzo, residiendo en ella con su
madre, la cual también había enviudado.
Durante este periodo de su vida continuó con su labor
benéfica y sus obras de talante altruista como un retablo para la iglesia de
San Julián de Belmonte de Miranda, escuelas, el edificio de los juzgados...
Con el cambio de siglo y acompañada de su madre, decide
trasladar su residencia a Oviedo. El lugar escogido fue el llamado Campo de la
Lana. Intentando olvidar su tristeza y comenzando con una activa vida en la
sociedad ovetense, conocerá al que será su segundo marido, don Luis Menéndez de
Luarca y Secades, natural de Oviedo y licenciado en Derecho.
Su vida será intensa a partir de ese momento. El matrimonio
tendría establecida su segunda residencia en Madrid. Alternarán sus viajes con
sus donaciones, compaginando así los distintos ambientes madrileños y
ovetenses. Con el paso del tiempo sus estancias en Oviedo cada vez serán más
cortas y se limitarán sólo a la época estival, por lo que finalmente terminó
estableciéndose en Madrid rodeada de sus sobrinos. En tiempo de la República se
separa legalmente de su segundo marido.
La salud de doña Concha se fue quebrantando debido a la
diabetes, falleciendo en Madrid el 2 de junio de 1943, a los setenta y nueve
años de edad. El cadáver fue trasladado desde Madrid a su casa de Toreno
(Oviedo) y desde allí, tras un funeral en la iglesia ovetense de San Juan el
Real, hasta su panteón en la villa de Grado [véase ficha].
Chalet de Concha Heres, ocupaba la zona que va desde Ramos a
Cadavieco, 1940.(Foto)
FUENTE: Mónica Pérez
Robles, «Concha Heres», Viejo Cubia (revista histórica de Grado), nº 3, págs.
14-17, diciembre 2004).
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